LA NATURALEZA

Cuando estoy en plena naturaleza, siento la alegría de la vida, de esa vida que me da, la oportunidad de amar, trabajar, jugar y contemplar la belleza de las estrellas, el sol, la luna, los lagos, los mares, ríos, montañas, las flores, arboles, vegetación y su muy variada fauna de animales etc.etc..
Si observamos a la naturaleza, pues ella mejor que nosotros sabe lo que hace, veremos que la naturaleza en todo se parece a si misma y es la mejor maestra de la verdad, que es grande en las cosas grandes, pero que es grandisima en las cosas pequeñas, es un gran espejo transparente en el que Dios recrea su mirada y por tanto cuanto más penetremos en sus secretos, mejor descubriremos la universidad del plan divino.
La naturaleza benigna nos provee de manera que en cualquier parte hallemos algo que aprender, para utilizarlo como herramienta en nuestra propia vida, volvamos la mirada y dejemos actuar en nosotros la inteligencia de la naturaleza, que nos habla incansable, y es muy triste que nosotros, el genero humano no la escuchemos siendo parte de ella, así que volvamos a nuestra naturaleza, pues volver no es ir hacía atrás sino hacía adelante, para integrarnos como un todo en ese espejo del plan divino y a través de ese espejo ver nuestro paraíso en la tierra, hecho realidad.
Escrito por: Trini. Pérez. Garcia.