sábado, 3 de abril de 2010

viernes, 2 de abril de 2010

Regalos Divinos para el Hombre

Para mi el primer y más importante regalo Divino es el milagro de la propia vida y todo lo que acompaña a esa vida.
Cuando yo era una niñita inocente, creía que la vida de un ser humano se creaba a partir, de la relación de dos almas que se amaban, pues esto era lo que mis padres me decían, escuchaba a los mayores decir, que cuando dos personas se amaban Dios los premiaba mandando a la cigüeña para traerles un bebe.
Nunca me planteaba preguntas, pues aunque ves cosas que no encajan en el puzler de la vida, porque eso es la vida, un puzler en el que hay que ir encajando las piezas una a una, la inocencia de un niño no busca respuestas, pues lo único que busca es ser aceptado y querido por los seres que le rodean, esa es su única necesidad.
Cuando fui creciendo empecé a ver que no siempre nacía una vida del amor de sus padres y del amor, sino que también nacen de violaciones por el salvajismo de algunas personas a las que llamé mucho tiempo personas sin alma, y que ahora se que si la tienen pero encarcelada en el rincón mas oscuro de su existencia, y entonces si empecé a hacer preguntas, a las que si tenía suerte encontraba la respuesta de: cuando seas mayor lo entenderás, y con eso me quedaba.
Ahora creo saber que la vida se sirve de las formas más inimaginables para nacer, creo que el ser humano cuando nace es todo luz, amor e inocencia y que viene dotado de toda clase de virtudes y defectos, pues en realidad somos yin y yang, luz y oscuridad.
Solo nos podemos dar cuenta de la realidad de nuestras polaridades si entramos en nuestro interior y nos observamos, solo cuando vemos nuestras verdades podemos entender que todo lo que vemos en nuestros semejantes o sea en el exterior, es también lo que está incorporado en nosotros.
A partir del regalo de la vida que es el inicio de todo, este ser que ha nacido trae incorporados un gran paquete de regalos, que son los que hacen de nuestro cuerpo una maquina o vehículo perfecto, tenemos ojos para ver las maravillas que hay en el universo, un corazón que es la sede del sentimiento, con el cual podemos sentir dolor o alegría, tristeza, rabia, amor, odio y tantas y tantas cosas más, también estamos dotados de un cerebro, el cual nos ayuda a discernir, pues este es la sede del pensamiento y el que manda las ordenes al cuerpo para que este se ponga en acción. Con todo lo que nos ha sido regalado podríamos disfrutar de una vida maravillosa, pero para eso tenemos que aprender a desaprender lo aprendido,y a buscar en nosotros esa luz que somos y que solo nosotros mismos podemos encontrar.
Este es mi pensamiento nacido de mis vivencias, no se si soy una ilusa o una soñadora pero creo realmente que la vida tiene misterios maravillosos y quiero creer en ellos.

martes, 30 de marzo de 2010

El Bosque una maravillosa realidad.

El bosque para mí es una maravillosa realidad de magia, pues magia para mi es un lugar donde me siento relajada y feliz, en el me siento completamente identificada con la naturaleza, siento la energía que recorre mi cuerpo, la misma energía que surge de arboles, plantas, riachuelos, animales etc..
Cuando paseo por el bosque me olvido de todos mis problemas y preocupaciones, mi mente está tranquila, sin los parloteos de la vida diaria, en el encuentro la paz que quisiera atrapar para siempre.
En el bosque es donde siento que todo lo que existe se encuentra conformado, por los cinco elementos, incluida yo misma, tierra, agua, fuego, aire y éter. no recuerdo muy bien donde leí que cada elemento cuando se expresa en su pureza perfecta, contiene una pequeña parte del resto de ellos, por ejemplo: la tierra! para que se pueda percibir con su forma, una porción de ella misma tiene que contener, una octava parte de las otras, igual ocurre con el resto de los elementos. Es que la sustancia básica universal, contiene uno de estos elementos perfectamente iguales en todo lo que existe, supongo que por eso me gusta tanto estar en plena naturaleza, posiblemente es el sitio que me ayuda a ser y sentir lo que realmente soy, una porción pequeñita de esta gran maravilla.