viernes, 4 de junio de 2010

"La maravilla de la naturaleza"


Dios nos ha regalado un mundo lleno de maravillas, a las cuales nos pasamos la vida ignorando casi por completo, pues estamos demasiado enfocados en lo material y en nuestros problemas, yo misma he sido una de estas personas, aunque desde pequeñita siempre me ha gustado la naturaleza,llegó un momento en mi vida, que me olvidé de mirar más allá de mis problemas y he estado treinta y tres años ciega hacía el regalo Divino de la naturaleza, con su colorido, su paz, su luz, y su belleza con mayúsculas. Hasta hace algunos años, que afortunadamente Dios quiso que despertara de ese letargo de vida que era mi vida, a partir de ese momento, empecé a mirar otra vez como cuando era pequeña y comencé a vivir experiencias que me creaban unos sentimientos que no se pueden explicar con palabras pero que voy a intentar transmitir de la mejor forma que pueda contando algo que me sucedió, de las tantas cosas que me están sucediendo en estos últimos cinco años.
Esto me sucedió en Italia, cuando por enfermedad grave de mi yerno, mi hija me pidió si podía ir a cuidar de mi nieto que entonces tenía ocho meses, estuve cuidando de mi pequeño durante dos meses y medio, mi hija se iba cada mañana al hospital y regresaba a la noche, así que mi niño y yo estábamos todo el día solos, yo cuidaba la casa y mi dedicación era sobre todo para mi nieto, disfruté de enseñarle a dar sus primeros pasos y sentía el amor agradecido del pequeñín, un día estábamos los dos en el balcón sentada yo en el suelo y contemplándolo a el como caminaba de un lado para otro, agarrándose a los hierros de la barandilla, me sentía tan en paz en esos momentos que mi mirada fue a parar a contemplar unos arboles que tenía en frente mismo de mí, supongo que lo que vi y sentí fue producto de esa paz interior que llegué a alcanzar, pues cuando mi mirada se posó en los arboles yo vi como brillaban cada una de sus hojas con un color blanco brillante como las luces de un árbol de navidad y se movían como si estuvieran bailando al compás de una música bella y alegre. yo me sentí tan unida a esos arboles como si ellos y yo fuéramos la misma cosa, sentí una plenitud que no puedo expresar con palabras, lo que si puedo decir es que yo sentía que aquellos arboles estaban bailando para mi, para hacerme sentir la plenitud que en realidad somos cuando estamos en una paz completa, no se si alguien puede entender lo que estoy diciendo, pero si, que yo deseo que el mundo pueda sentir eso que sentí yo en esos momentos, porque fue un sentimiento de plena felicidad, desde entonces estoy mucho más atenta a todo lo que pasa a mi alrededor, pues no quiero perderme esa maravilla de sentimientos, en fin lo que decía al principio, que Dios nos ha regalado algo muy grande y hermoso para que lo disfrutemos, disfrutemoslo, admirando La belleza de las flores, los arboles, las plantas y todo lo que hay en la naturaleza de la tierra!!!!!
Escrito por: Mª Trinidad Pérez Garcia

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