"Esos Pequeños: Grandes Imitadores"

Este vídeo debería hacer que las personas mayores nos paráramos a hacer un análisis de nuestro comportamiento, y como mínimo tomáramos consciencia de como hablamos y nos comportamos delante de los niños.
Los niños no saben distinguir lo que está bien o mal, no tienen maldad, ellos solo aprenden de lo que ven y escuchan, pues son unos grandes imitadores, nosotros los mayores les exigimos que se comporten impecablemente, cuando nosotros no somos capaces de darles ejemplo.
Si queremos que el mundo mejore, que nuestros niños crezcan más humanos, actuemos con humanidad, si queremos que crezcan con buenos modales, seamos modosos, bien hablados, hablemos bien, amorosos, enseñemos-les, amor, en fin, todo aquello que queramos de los niños estoy segura que podemos lograrlo solo con ser nosotros aquello que queremos que ellos sean, pero claro que hay que pagar un precio, que no todos estamos dispuestos a pagar, el precio de estar siempre atentos a nuestras propias actitudes, palabras, acciones etc. Después de ver este vídeo he estado repasando mi niñez con la actuación de mis padres, mi actuación con mis hijos, y ahora veo la de mis hijos con mis nietos, y examinando el conjunto del mundo en general. He llegado a la conclusión que el mundo no es perfecto, por nuestra dejadez, pereza y falta de amor hacia nosotros mismos.
Así que pongámonos las pilas y empecemos el trabajo: Seamos espejos para la generación de pequeños imitadores que tenemos entre manos, y es posible que las próximas generaciones sean mucho mejores y poco a poco el mundo llegue a ser lo que muchos de nosotros soñamos, un mundo donde reine el "AMOR" con mayúsculas.
Esto es el pensamiento, sentimiento y comben-cimiento, que me produce la visión de este vídeo, que dicho sea de paso todos sabemos, pues esta información la tenemos todos en el interior aparcada, y necesitamos que alguien nos ponga las panorámicas delante de las narices, para así pararnos a ver lo que siempre es evidente, pero mucho más cómodo es cerrar los ojos y luego quejarse.
Escrito por: "Mª Trinidad Pérez Garcia"